Moscas

*Créditos al autor*

Esta historia sucedió hace muchos años atrás en Sucre, Colombia. Cuando en muchas pueblos del país no tenían luz eléctrica.​

Le pasó a una prima de mi abuela. En ese entonces mi abuela tenía 10 años de edad, y su prima había recién cumplido los 16.

En​ una noche muy calurosa, su prima decidió tomar un poco de aire fresco y caminar por el pueblo, aprovechando claro, de verse con su novio a escondidas, en un potrero que quedaba un distanciado de su casa.

El tiempo pasó rápido y su prima tenía que regresar a su casa, pues sabía que su madre iba a preocuparse por las altas horas de la noche (en ese entonces a las 10 p.m.)

Se despidió de su novio y ambos se marcharon rumbo a sus casas, la prima de mi abuela al ver la calle completamente vacía decidió acelerar el paso por temor de que algún mal intencionado le hiciera algo.

Mientras caminaba, dice que se le hizo extraño escuchar como el sonido de un enjambre de moscas atrás de ella, pero cuando volteó y vio que no había nada a su alrededor, siguió su camino normal.

Dice que comenzó a tener muchos escalofríos, a parte de que se le dificultaba mucho respirar y sentía como su corazón se aceleraba sin sentido.

Decidió parar un poco, cuando de pronto volvió a escuchar el enjambre de moscas cada vez más cerca.

Comenzó a voltear y buscar de donde provenía, pero al hacerlo quedó totalmente paralizada al ver lo que había unos cuantos metros atrás de ella.

Dice que había muchas moscas. Lo más aterrador es que se lleno el ambiente de un olor repugnante que daban náuseas y ganas de vomitar.

La prima de mi abuela se asustó tanto, y más al ver que esas moscas se acercaban a ella del miedo empezó a correr lo más rápido que pudo a su casa.

Dice que mientras corría, sentía su cuerpo muy pesado, a parte que no podía respirar muy bien. Cada vez escuchaba a las moscas más cerca, y en un momento de valor, vio una enorme piedra en el camino y paró unos segundos para tomarla y aventarla.

Cuando volteó, estaba en shock al ver que las moscas eran tantas que formaban la figura escalofriante de una persona, su prima no lo pensó dos veces cuando aventó la piedra hacia el enjambre, y vio como éstas se dispersaron e inmediatamente volvieron a formar la terrible figura.

Ella corrió desesperadamente y a poca distancia logró llegar a su casa sana y salva.

Estaba pálida, no podía hablar del terror que sentía, y lo peor fue que llegó con el apestoso olor concentrado en su ropa.

Su mamá al enterarse y ver que no era normal lo que había pasado, decidió bañarla con agua bendita y quemar la ropa que tenía puesta, esa noche la prima de mi abuela no pudo dormir, pues decía que su nariz aún percibía ese desagradable olor.

Al día siguiente, ya más tranquila, su mamá la llevó con un pastor para que la bendijera y limpiara con agua bendita....
Fue la única manera de que el olor desapareciera, y claro, el pastor les dijo que tuvieran cuidado porque esa cosa que vio lo más probable es que haya sido una bruja, un demonio o peor aún, el mismo diablo.