La Caja de Zapatos (Continuacion 4)

Max guardó silencio en aprobación a la respuesta de Sara, la abrazó y se quedaron así unos instantes.
Sabía que ella tenía razón, no había un motivo poderoso y contundente que dejara clara la posibilidad de una extorsión o algún tipo de trampa en su contra y más aún después de hablar con el padre, haber visto a Romel y que desapareciera, todo apuntaba a que estaba metido en un asunto fuera de toda lógica, algo sobrenatural, sin embargo muy a pesar de eso, no sentía temor, sino una inmensa y extraña curiosidad.
Minutos después, pidieron la cuenta y salieron del café. Tomados de la mano se dispusieron a caminar hacia el jardín. No hablaron nada durante la caminata, cada uno iba metido en sus pensamientos y tratando de comprender de algún modo todo lo que estaba pasando.
Llegando al jardín tomaron la primera banca y se sentaron para planear cómo encontrar al señor Anselmo.
Sara decidió que caminaran alrededor del jardín y preguntar de puesto en puesto, esa era la forma más rápida de localizarlo. Bastó con acercarse al primer comerciante, quien les señaló a don Anselmo, vendiendo frituras debajo de un árbol, ya rodeado de personas que le estaban comprando.
Max y Sara decidieron acercarse para verlo mejor, llevaba un sombrero puesto y eso impedía poder distinguir su rostro a distancia. La sorpresa fue grande cuando se percataron de que el señor Anselmo, era aquel con el que Max casi chocaba apenas unos minutos atrás.
Dadas las circunstancias, Max lo abordó de manera directa.
-Señor Anselmo, perdone que lo moleste pero supongo que ya se debe imaginar porqué lo estoy buscando.-
El señor Anselmo le sonrío sin responder, acomodó su banco y se sentó. Comenzó a guardar sus cosas mientras les decía:
-Si es por que casi me mandas al hospital hace rato, no te preocupes, no estoy lastimado pero aceptaré tus disculpas.-
Max lo miró extrañado pero captó de inmediato la evidente evasión.
-Mire señor, usted mejor que nadie sabe que no es por eso, lo que necesitamos saber mi esposa y yo es todo lo que sepa, haya escuchado o se rumore acerca de la Casa Roja, la Caja de Zapatos, Romel y Eva, ¡todo! Ha sido un día muy difícil para nosotros, por favor, el padre nos ha dicho que usted puede ayudarnos.-
El señor Anselmo lo miró con una seriedad comprensiva y analítica. Luego se colgó las bolsas de sus frituras, tomó su banco y les dijo:
-Estás en el momento perfecto para salir corriendo o quedarte a escuchar. Éste año, contigo van 13 personas que vienen de fuera a rentar esa casa y todavía no entendemos porqué siempre no se logra concretar el alquiler. No dejan de pasar cosas extrañas, me pagan por vigilar que nadie entre a robarse nada pero la mayoría del tiempo que paso ahí, en vez de sentir miedo, el ambiente me da mucha tristeza. Pero vamos, los invito a cenar a mi casa, ahí les contaré lo que necesitan saber pero, si después de conocer más detalles sienten miedo, mejor váyanse. Esa Casa tiene algo misterioso y atrae personas. -
Sara y Máx se miraron uno al otro, ella le tomó la mano, le sonrío y replicó:
-Vamos.-
(.....)

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