▷Privación sensorial
Privación sensorial Durante dos días enteros me aislé en la total oscuridad sin ningún tipo de compañía más que la de mis propios pensamientos. Entre el 22 y 24 de agosto fui un prisionero del Infierno, y jamás olvidaré lo que sucedió en ese tanque. Aproximadamente un año antes a este evento, conocí a un sujeto al que de aquí en adelante referiré como “X”. X era mi mejor amigo. Durante toda la adolescencia me resultó muy complicado hacer amigos. Entonces, cuando lo conocí en el primer semestre de la universidad, me emocioné bastante por tener la compañía de alguien con quien disfrutar. Compartíamos un sentido del humor levemente ofensivo (en ocasiones íbamos un poco más allá), nos gustaban los mismos juegos y, en general, teníamos los mismos intereses. X era como yo. Nunca se le había dado eso de hacer grandes amistades, por lo que creo que ambos estábamos felices de tener compañía. Mientras nuestra amistad se desenvolvía, me invitó a ir a su casa. Para mi sorpresa, aparentem