Los Chiquinni
Existen como en casi todas las leyendas, diversas historias sobre los Chiquinní, pequeños seres semejantes a los aluxes, pero llamados comúnmente malos vientos. Se cree por tanto, que los Chiquinní son espíritus demoniacos que habitan los bosques, aterrorizando a los campesinos, pero también se dice que son niños descarnados, que producen enfermedades a quienes osan despreciarlos en los juegos y siempre van acompañados de ráfagas de aire frío.
Si los aluxes eran temidos por los mayas, no por ser seres malignos sino por ser semidioses o espíritus, no es raro el esperarce que hayan sentido pavor para los Chiquinní, que no solo son portadores de malos augurios, sino que son los mismísimos hijos de Ek-Chua, dios del infierno, el satanás maya.
Para los abuelos de Campeche, las enfermedades, pestes y muertes, eran consecuencias de haber despreciado a un Chiquinní. Así que si un día vas por algún bosque de Campeche y encuentras a un niño saltando entre los arbustos, al tiempo que sientes un aire frío, huye inmediatamente pues seguro es un Chiquinní.
Si los aluxes eran temidos por los mayas, no por ser seres malignos sino por ser semidioses o espíritus, no es raro el esperarce que hayan sentido pavor para los Chiquinní, que no solo son portadores de malos augurios, sino que son los mismísimos hijos de Ek-Chua, dios del infierno, el satanás maya.
Para los abuelos de Campeche, las enfermedades, pestes y muertes, eran consecuencias de haber despreciado a un Chiquinní. Así que si un día vas por algún bosque de Campeche y encuentras a un niño saltando entre los arbustos, al tiempo que sientes un aire frío, huye inmediatamente pues seguro es un Chiquinní.
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