Las Cuatro Brujas

Este relato me lo narró un familiar y es verídico, me lo contó así: 
Hace 35 años, cuando tenia la edad de 34 años vivíamos en pueblo llamado la Ermita a 5 kilómetros de Ejutla de Crespo, que aún existe, estaba poblado de muchas viviendas, la mayoría de ellas fueron construidas de carrizo o algunas de lamina, y también era uno de los lugares donde se cuenta que existieron brujas, la tarea de estas brujas era chupar la sangre a los bebés, y se asegura que en ocasiones hasta se los llevaban, ó se dedicaban a hacerle daño a las personas o a sus enemigos, estas brujas se podían transformarse en varios animales tales como: perros, gatos, pájaros, cerdos o guajolotes, siempre de color negro, que es el color de la oscuridad, o cambiaban su apariencia por la de otra persona o bien se convertían en bolas de lumbre. 

En una ocasión me toco ver a una familia de cuatro parientes, las cuatro eran brujas, yo vivía cerca de ellas, y me di cuenta de que eran señoras que se dedicaban a la magia negra, acostumbraban precisamente a salir los días martes, miércoles y viernes; un martes que estaba cultivando el tramo de terreno que teníamos, descansé y me fui a sentar debajo de un naranjal, miraba que cuando el sol se metía las cuatro brujas empezaban a echarle lumbre a un poco de leña, ya que la leña se convirtía en brazas rojas, las cuatros se reunían y hacían una oración que decía así: 
- OH Señor Sango tu que fuiste el brujo que adoramos en tu presencia recibe estas brazas de lumbre, que sabes cultivar el alimento de cada día, permítenos convertirnos en brujas- 

Al terminar la oración se tragaban las brazas, como si fueran agua, al instante se ponían rojas de color y en dos minutos se convertían en bolas de lumbre, al ver eso me quede muy sorprendido, se me pasó el tiempo, cuando me percaté, el reloj marcaba las 12:00 de la noche, esa noche no dormí hasta comprender lo que tenían que pasar para convertirse en brujas. Al convertirse en bolas de lumbre empezaban a jugar entre ellas, brincando de loma en loma hasta encontrar en el vecindario, donde obtener su alimento, que era la sangre de los bebés. Cuando regresaban, al tocar la tierra de su casa tenían que hacer otra oración para poder reconvertirse en personas, ya recuperada la forma humana, en una tina empezaban a vomitar la sangré que habían chupado, la ponían a calentar en la lumbre para alimentarse al día siguiente. 

En esos días había llegado a vivir en la Ermita, una familia proveniente de la ciudad de México y con ellos traía a tres bebés. Esa noche las brujas llegaron a la casa de los nuevos vecinos, en ese momento los bebés sintieron la presencia de las brujas y empezaron a llorar fuertemente, sus papas no hicieron nada por calmarlos los dejaron llorar, ya que no creían en nada de eso, esto ocurriría alrededor de las dos de la madrugada. 

Al otro día los bebés amanecían con un moretón en sus extremidades o en el abdomen, y por estos moretones sus padres pensaron que estaban enfermos, se asustaron, y como en ese tiempo no había doctor en las cercanías, fueron con un curandero llamado Nacho. El curandero les dijo que no era una enfermedad lo que tenían los bebés, si no que habían sido chupados por una bruja, muy sorprendidos les preguntaron qué hacer para que no los chupara otra vez, el curandero les recomendó, que el papá estuviera despierto velando el sueño de sus hijos y en el momento de que empezaran a llorar los bebés se desnudara completamente, que saliera afuera con una arma y si veía algo que se persignara y les disparara. 
Así lo hizo, cuando el sol se empezaba a meter y las brujas se preparaban haciendo lo mismo para convertirse en bolas de lumbre y se iban brincando en cada loma hasta llegar a la casa de los bebés, en el momento que el padre escucha que empieza a llorar los bebés se desnuda, saca su pistola y haciendo lo que le dijo el curandero, sale de su casa y se da cuenta que era verdad, que se trataba de brujas que se dirigían a su casa, se escondió entre los tunales que había en su casa y acercándose cada vez más las bolas de lumbre les dispara, se escuchó un ruido muy fuerte como si algo hubiera caído en su techo, se metió a su casa pensando que había dado muerte a las cuatro brujas, pero no se dio cuenta que una de ellas había resultado ilesa, esta regreso a su casa asustada, llorando porque habían aniquilado a sus parientes, la bruja no se dio cuenta de que en su casa la estaba esperando una sobrina, cuando amaneció la bruja se miró al espejo y se dio cuenta de que tenia el cuerpo de humano pero la cabeza de un gato, en ese mismo instante la miró su sobrina, que dando de gritos, salió corriendo a llamar a su papá, la bruja en el instante, murió de vergüenza. 

Cuando los vecinos fuimos a ver a casa de las cuatro brujas, no había nadie, solamente la tina de sangre, nos dimos cuenta de que sí eran brujas, que se alimentaban con sangre para poder vivir. Se elevaron oraciones, y nadie más que yo se percató que solo estaba el cuerpo de una bruja, deduciendo que habían matado a las otras tres, no dije nada, solo yo lo sabía. 

Ese mismo día, el padre de los bebés sintió curiosidad y se fijó en su techo para ver qué era lo que había caído, puso una escalera y se dio cuenta que estaba una pájaro, un gato y un guajolote negro muertos, los bajó y los puso en una bolsa y se fue a enseñárselos al curandero, lo que había caído en su tejado cuando él había disparado, el curandero le dijo que los enterrara y que les rezara un Padre Nuestro, una Ave María, y que los rociara con agua bendita, eso hizo y fue así como se terminó con las cuatro brujas, ellos vivieron tranquilos con sus bebés, mientras que el fin de las cuatro brujas fue la muerte.

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