El toro negro!
Nuevamente los invito a Yelapa para disfrutar de esta
historia que también me contaron mis amigos del trabajo.
Desde hace ya unos años me vine a vivir a este bello poblado
gracias a que un buen amigo mío y ahora patrón me invito a trabajar con él. En
este pueblo parece que el tiempo se detuvo en algún punto de la historia y aun
se pueden escuchar las bellas leyendas que nutren o a mi parecer hacen que
nuestro bello país México sea tan enigmático.
En lo que se conoce el ¨Pueblo¨ de Yelapa que en realidad es
lo que se llamaría el centro. Vivía un señor de nombre ¨Juan¨, quien se
burlaba mucho de las creencias religiosas de los demás, al grado de que este señor
pidió que a su muerte no lo llevaran a la iglesia ni le rezaran en su tumba ya
que él no creía en esas ¨cosas¨ por no decirlo de otra manera.
Cuando el dia de su fallecimiento y como es natural llego.
De alguna forma respetaron la petición del hombre ya que no lo llevaron a la
iglesia ni le llamaron al padre para que pudiera arrepentirse de sus pecados,
simplemente lo velaron en el patio de su casa.
Cuenta la gente (a mí no me crean) que a las 3 de la mañana
en medio de la muchedumbre se comenzaron a escuchar una pisadas muy fuertes y
apresuradas de una persona o animal bastante grande que venía bajando del cerro
como si viniera del poblado de Chacala hacia Yelapa. Al encontrarse ellos en
medio de la única calle comenzaron a amontonarse en el patio de la casa del
señor para que lo que fuera que viniese pudiera pasar. Entonces fue cuando
todos vieron como un toro negro llego hasta el lugar y bufaba con un sonido amenazante
tratando de arrollar a las personas queriendo abrirse paso hacia el ataúd.
Muchas mujeres se desmayaron y los hombres quedaron en shock.
El toro era, a lo que cuentan: más grande que un toro normal
como si fuera un animal de casta, tenía un color negro muy fuerte que de no ser
por las velas de los cirios, no se podría ver en la noche a excepción de sus
ojos ya que estos tenían un color rojo brillante casi como lumbre.
Los presentes o aun de pie, al ver lo que estaba pasando y
sentirse acorralados, comenzaron a rezar y a pedir por el alma del ahora
fallecido, rociaron agua bendita el lugar y el ataúd para ahuyentar al demonio,
pero este antes de irse corriendo por la misma dirección, alcanzo a lanzar una
carcajada burlesca.
Al día siguiente todos fueron con los ganaderos a decirles
que su toro se había escapado, pero el único que tenía toros negros dijo que:
Todos los toros los había enviado a Ixtlan 2 días antes ya que se los habían rentado
para las charreadas.
¿Qué les pareció esta historia? Si te gusto por favor compártela
con tus amigos y dejanos tus comentarios,
¨Saludos a toda España¨
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