LA SERPIENTE ALICANTE

Es un relato que me contó mi abuela cuando era niño y la verdad me dió mucho miedo, ¿porqué? porque mi abuela para mí es símbolo de verdad y de sabiduría, le creo profundamente.
Me contó que cuando era niña vivió en Acámbaro, Guanajuato, donde había muchas haciendas enormes en las cuales en ocasiones se resguardaban guerrilleros de la independencia de México, pero ella vivía en una pequeña casita en el rancho de mi bisabuelo a un lado de sus siembras para cuidarlas por las noches porque siempre pasaban cosas extrañas.
Cerca de donde vivía pasaba el río y a un costado del río vivía una amiga de su mamá una joven de escasos 17 o 18 años recién casada.
La chica estaba embarazada , era muy amable y muy activa , trabajaba haciendo tortillas para vender , mi bisabuela la visitaba y llevaba a mi abuela con ella , se quedaban las horas ayudándole y conversando.
Pasado el tiempo nació el bebé de la muchacha , un varón muy fuerte por tanta tortilla y maíz que consumía la muchacha y por lo mismo producía mucha leche, inclusive al entrar a su casa olía a bebé y a leche.
Cómo al mes del nacimiento del bebé , un día que fueron por las tortillas la muchacha no se había levantado todavía, mi abuela y su mamá entraron a la casa y la encontraron bien dormida y el bebé llorando, la despertaron y ella profundamente agotada se levantó de la cama y se puso a trabajar.
¿Qué té pasó muchacha? le preguntó mi bisabuela , no sé , decía , el niño me cansa mucho cuando come ... y así pasaron los días y los días y la muchacha se veía cada vez más cansada , pero el problema mayor éra que el bebé estaba muy delgadito , se estaba enfermando mucho y no paraba de llorar.
El esposo preocupado un día no fue a trabajar , se quedó en la casa para cuidar a su mujer.
En la mañana se levantó a la misma hora a darle de comer a los animales, en eso, escuchó al bebé llorar... y luego la voz de su mujer diciendo... ya , ya... y después hubo un silencio y el señor siguió trabajando... pasado un rato escuchó caer una jarra de agua que tenían en el borde de la cama y fue a ver... lo que encontró... lo dejó perplejo...
"Una Pitón" contó el señor, gorda como ella sola, enrollada en la cama , chupando la leche de la mujer que dormía como sedada por su veneno y con la punta de su cola metida en la boca del bebé, para que no llorara...
El tomó su machete y la serpiente lo volteó a ver con cara de asustada , dijo él , y le dió tres machetazos , la víbora ni se podía mover, de lo gorda que estaba.
Le cortó la cabeza... la echó para afuera y con aceite y leña le prendió fuego ... al día siguiente cuando revisaba las cenizas para enseñárselas a mi bisabuela , encontró huesos de persona.
Él dijo que la tal víbora en realidad éra un nahuál , mi abuela siempre les creyó porque dice que por el río siempre han vivido criaturas extrañas sin buenas intenciones.
Y bueno, esa, es la historia que me contó mi abuela, ¿verdad o mito? que cada quien decida.
Un náhual son transformación del hombre a animal.

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